La Pandorga vuelve a iluminar Santa Cruz de La Palma diez años después

La Pandorga vuelve a iluminar Santa Cruz de La Palma diez años después

Con la Pandorga comienza la Semana Grande de las Fiestas Lustrales. BAJADA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES

Santa Cruz de La Palma revivió la noche del lunes una de sus estampas más queridas con el regreso del desfile de la Pandorga, una tradición enraizada en las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de las Nieves que volvió a iluminar a la luz de las velas las calles de la capital palmera diez años después.

Más de 800 farolillos artesanales, conocidos como “pandorgas”, recorrieron las arterias principales de la ciudad al anochecer, sostenidos por cientos de niños y niñas acompañados por familiares, vecinos y visitantes.

El desfile, suspendido en 2020 a causa de la pandemia, no se celebraba desde hacía diez años, lo que incrementó la emoción y las ganas de un acto que, cada cinco años, marca el inicio de la Semana Grande y anuncia con luz tenue la inminente llegada de la Patrona a la ciudad.

Al caer la noche, Santa Cruz de La Palma se transformó en un río de figuras brillantes: casitas, animales, estrellas y diseños fantásticos fabricados en papel de seda, charol o celofán, montados sobre varillas de madera y alumbrados desde dentro por la temblorosa luz de las velas.

La música, a cargo de las bandas de música de Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane, El Paso y de Puntallana, además de la banda de cornetas y tambores Gayfa, acompañó a los participantes durante todo el recorrido.

El bullicio de la chiquillería, el aroma de la cera derretida y los piropos espontáneos a la Virgen formaron parte de una atmósfera que muchos vivieron como un reencuentro con la infancia y la esperanza.

Como cada edición, el desfile concluyó con la quema de los farolillos formando una gran hoguera en el cauce del barranco de Las Nieves.

La organización insistió en los días previos en la importancia de mantener una actitud positiva, alegre y responsable, lo que se tradujo en un desfile fluido y animado: “canta, baila y sonríe durante todo el recorrido”, rezaban las indicaciones difundidas en redes sociales.

La tradición de la Pandorga se remonta, al menos, a 1860, fecha de su primera documentación en el marco de las Fiestas Lustrales, aunque existen referencias anteriores que sitúan su origen en 1830, cuando se menciona por primera vez la “iluminación abundante que los naturales llaman la Pandorga” durante la visita del obispo Luis Folgueras Sión.

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