Nuria Albet, coordinadora de La Palma Renovable y Antonio Cabrera, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
Nuria Albet, coordinadora del proyecto La Palma Renovable, y Antonio Cabrera, portavoz de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, son dos de las personas que mejor conocen el sistema eléctrico de la isla, afectado nuevamente el pasado martes por un cero energético. Ambos, en declaraciones a El Periódico de La Palma, coinciden en que es necesario ir más allá de “sustituir los grupos obsoletos por otros nuevos” en la central de Los Guinchos y apuestan por “aportar estabilidad en la red” a través de las energías renovables.
Tenemos que hablar de la tecnología, pero tenemos que ir mucho más allá, y si hemos llegado a esta situación es porque no se han hecho las inversiones que se tenían que haber hecho”, señala Albet. En este sentido, Cabrera denuncia que “el dueño de la central (Endesa) recibe también, en concepto de disponibilidad de potencia, un pago que sale de nuestras facturas para que los grupos de generación estén en perfecto funcionamiento”, algo que, una vez más, se ha demostrado que no es así, teniendo en cuenta la antigüedad de parte de los equipos.
Para Nuria Albet, uno de los problemas de la planificación energética radica en que “estamos solamente yendo a corto plazo, poniendo pedazos en todos lados y no nos estamos parando a pensar hacia dónde deberíamos ir, y esto precisamente es el problema”. En su opinión, se trata de “planificar a largo plazo” y avanzar hacia “un sistema renovable”, que “requiere otra manera de funcionar” y “otro tipo de redes”.
“INTENTAR MOVER LOS CONSUMOS A LAS HORAS DONDE HAY RENOVABLES AYUDA MUCHO AL SISTEMA”
Antonio Cabrera defiende que es imprescindible “acelerar la transición energética incrementando las renovables distribuidas y dando prioridad a las infraestructuras que dan estabilidad al sistema, como podría ser, entre otras, la geotermia”. Además, subraya la necesidad de potenciar el “almacenamiento para el autoconsumo compartido a través de la digitalización de la red”, así como “baterías para los autoconsumos individuales que permitan la gestión inmediata de los excedentes”.
En este sentido, explica Albet, en España, a diferencia de otros países, no se puede “aportar estabilidad a la red, lo que se llaman mercados de frecuencia o de flexibilidad”. Estos mercados se basan en “la idea de que cualquier persona en su casa tenga un coche eléctrico, tenga una batería, tenga unos paneles, pueda aportar estabilidad a la red”.
“Intentar mover los consumos a las horas donde hay renovables ayuda mucho al sistema”, añade y, a su juicio, “es la manera más barata, en realidad, de conseguir integrar las renovables, porque el problema de las renovables es saber integrarlas, ya que no están disponibles todo el tiempo”.
Cabrera apunta que “a corto plazo, pero mirando al futuro”, es necesario “potenciar las infraestructuras que aporten estabilidad al sistema, infraestructuras de almacenamiento en lugar de la sustitución de los grupos de generación, que representan la continuidad del viejo modelo energético centralizado”, por lo que no se trataría de “sustituir los grupos obsoletos por otros nuevos”.
En la misma línea, Nuria Albet incide en que es necesario que “se invierta, pero con cabeza”. Así, cuando en La Palma “se está hablando de cambiar los motores térmicos por otros más nuevos porque son muy viejos, si ese dinero lo pusiéramos en invertir en más renovables y en una red inteligente, creo que sería un dinero mejor aprovechado”.
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