El comisionado especial para la Reconstrucción de La Palma, en Puerto Naos, tras la entrevista. EL PERIÓDICO DE LA PALMA
Héctor Izquierdo Triana, comisionado especial para la Reconstrucción de La Palma, nos recibe en una calurosa tarde de agosto en una terraza de Puerto Naos, en Los Llanos de Aridane. Durante los últimos años, ha sido uno de los responsables públicos más implicados en la reapertura de un barrio al que se siente vinculado desde los veranos de su infancia. A lo largo de la conversación, recibe el afecto de quienes han visto en él, en este tiempo, a un político capaz de ofrecer respuestas a casi cualquier cuestión relacionada con la reconstrucción tras el volcán.
Pregunta. ¿Se aprobará la bonificación del 60% antes de que termine el año?
Respuesta. Yo creo, sinceramente, que sí va a salir. Está en el acuerdo de investidura, está firmado, y ahora hay plazo hasta el 31 de diciembre para aplicarlo. La normativa ya está redactada. Los sistemas informáticos están preparados, porque es una medida que ya se aplicaba en Ceuta y Melilla. Solo falta aprobarlo en el Consejo de Ministros, pero luego, en un mes, debe ratificarlo el Congreso. Se trata de encontrar la ventana para poder sacarlo, y en los últimos Consejos de Ministros no ha habido ningún real decreto ley.
Ahora está costando encontrar uno donde meter el artículo. En el fondo, es sólo un artículo, pero desde septiembre hasta diciembre, estoy convencido de que habrá más de una ventana donde poderlo poner. La normal sería la Ley General de Presupuestos, más que nada porque es la ley idónea, porque es la que habla de ingresos, pero sin perjuicio de ésta, hay más ventanas.
Desde un punto de vista económico, como hemos comentado en alguna ocasión, es mejor aplicarlo mes a mes que aplicarlo en diciembre, que en el fondo sería para dar devolución en la declaración de mayo-junio del año que viene.
La Universidad de Chicago, dentro de la literatura económica es la que más lo ha estudiado. Y si se aplica mensualmente repercute en el consumo, porque te acostumbras a un salario más alto.
Mientras que si es una devolución se convierte en un gasto suntuario. Es decir, tiendes a una amortización de deuda financiera -aprovecho para reducir la hipoteca, inversión en productos financieros-, hacer viajes, un lujo excepcional. Y esto aquí se analiza muy fácilmente, en el incremento de vehículos en mayo-junio, en el aumento de las matriculaciones, en viajes a través de las agencias de viajes. Es decir, no se queda el dinero aquí, que es la idea.
Es una medida complementaria, como otras de inversión pura y dura, como carreteras, por ejemplo, sector construcción. Y el IRPF, realmente, al sector que va destinado es al comercio, la restauración, que llega un poco a la ciudadanía en general, bien porque sale a consumir más o bien porque contratan a más personal.
La normativa (del 60% del IRPF) ya está redactada. Los sistemas informáticos están preparados. Solo falta aprobarlo en el Consejo de Ministros, pero luego, en un mes, debe ratificarlo el Congreso. Se trata de encontrar la ventana para poder sacarlo
P. ¿En qué situación se encuentra la reclamación del Gobierno de Canarias de 200 millones al Gobierno de España para completar el plan de pagos de recuperación del valor de lo perdido?
R. El colectivo que ahora requiere más apoyo, una vez abonado o consignado el valor real de la primera vivienda, es el de la agricultura. ¿Por qué? Primero, por una cuestión de justicia social, ya que también han sido afectados; segundo, porque se ha realizado una inversión potente para que puedan trabajar —es decir, fondos destinados a carreteras, caminos, planes de empleo, licencias, ERTE, ayudas a autónomos—; y tercero, porque, tan pronto como empiecen a hacerlo y a recolectar, generarán empleo y actividad económica.
Sin esos pagos, se retrasa la puesta en marcha de un motor económico importante, especialmente en el Valle. Algunos ya han afrontado la reconstrucción con recursos propios o mediante financiación bancaria, pero no todos los agricultores cuentan con ese respaldo financiero para hacerlo.
Sí mantendría un mensaje de optimismo, en el sentido de que, como ya se ha empezado a pagar con los 150 millones previos a 44 euros, jurídicamente se va generando un precedente. De lo contrario, sería un agravio, lo que obliga a las administraciones a abonar un importe similar al ya entregado.
Teniendo en cuenta que, sin ninguna duda, se acabará pagando a los agricultores, en este momento puente existen dos mecanismos de financiación: los préstamos de SAECA (Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria) —una sociedad de crédito agrario especializada en préstamos blandos, ya utilizada tras el Volcán de San Juan— y la financiación por parte de las entidades bancarias.
Los bancos ya han aplicado una discriminación positiva hacia los afectados del sector agrario que requieren ayuda —por ejemplo, una moratoria—, porque saben que van a recibir ese dinero. Han hecho, además, un trabajo personalizado que merece reconocimiento.
Aquí ocurre algo similar: una entidad financiera sabe que un agricultor va a recibir el dinero correspondiente al valor de lo perdido; por lo tanto, puede empezar a facilitar actuaciones que permitan retomar la actividad.
El colectivo que ahora requiere más apoyo, una vez abonado o consignado el valor real de la primera vivienda, es el de la agricultura.
P. Eso sería complementario a cualquier otro tipo de acuerdo político que se llegara, de cara a pagar el valor de lo perdido de aquellas propiedades
R. R. El objetivo es que todos los agricultores cobren. Se estimó en aproximadamente 44,6 euros por metro cuadrado.
P. ¿Y el compromiso del Gobierno de España sigue estando presente?
R. El compromiso del Gobierno de España es ayudar en la reconstrucción, como ha venido haciendo hasta la fecha, estando volcado y consciente de la situación.
P. ¿Más allá de que se reclamen 100, 200 o más millones?
R. R. Evidentemente, lo importante es que llegue el dinero y que el agricultor pueda reconstruir la finca. En este caso, se trata de una indemnización. Lo ideal sería reconstruir la finca y ponerla en explotación, pero también, como toda indemnización, es totalmente lícito que el afectado decida invertirla en otras opciones que considere oportunas. Sin embargo, es cierto que el compromiso del Estado está en la reconstrucción, en la agricultura y, especialmente, en la isla de La Palma, donde este sector es un motor importante.
El compromiso del Gobierno de España es ayudar en la reconstrucción, como ha venido haciendo hasta la fecha, estando volcado y consciente de la situación.
P. Pasados estos años y desde tu puesto como comisionado, ¿qué balance haces de la gestión de la reconstrucción y recuperación de la isla?
R. Con sus aciertos y errores, y siendo autocrítico, la realidad es que cuando terminó el volcán y comenzó la reconstrucción, la situación era la de un pueblo cerrado (Puerto Naos) debido a los gases, con los que tendremos que convivir. Pero mira ahora cómo está esto (en referencia a la afluencia de personas que había el día de la entrevista en la Avenida Marítima).
Una isla que ya venía mal desde antes, no solo por el COVID y la crisis financiera, sino que históricamente ha ido perdiendo población, donde los jóvenes se van a estudiar fuera y muchos nos hemos quedado, con una pérdida de protagonismo, por lo que el volcán parecía la puntilla: “se hunde La Palma”.
Y ahora, datos de Fedepalma (del barómetro trimestral que publican): población de 86.000 habitantes en aumento, PIB mejor que nunca en la historia, tasa de paro en su nivel más bajo desde que hay series históricas, cotizantes en la Seguridad Social en su mejor cifra, etcétera.
La situación ha mejorado mucho; quedan cosas por hacer, pero nos encontramos ante una situación que podría haber sido dantesca. Desde el Estado, llevamos 1.200 millones asignados, con un grado de ejecución del 100%, con cero devoluciones y casi cero judicializaciones.
Frente a lo que suele ser una tragedia, con procesos más largos, juicios y demás, después de cuatro años todo está mucho más encarrilado.
La situación ha mejorado mucho; quedan cosas por hacer, pero nos encontramos ante una situación que podría haber sido dantesca.
P. Ahora ya estamos en el momento de la desescalada, hay algunas medidas que ya han finalizado y también me imagino que quedarán algunos retos que afrontar en este periodo.
R. Sí, sobre todo agricultura, que es la parte que está un poquito más coja, para que las fincas de plátanos se pongan en producción, sobre todo porque la media de edad hace que si tardas mucho, desmotive volver. Es una obra potente volver a poner una finca en funcionamiento. Otro de los retos, por supuesto, avanzar en la zona negra de Puerto Naos, lo que queda La Bombilla.
Pero yo creo que ahora se trata de que como hay un crecimiento, un ciclo expansivo, pero luego crecemos con tasas menores, hay que ir creando caminos para futuro.
Es un poco la paradoja de Amundsen y Scott, quienes fueron al Polo Sur, pero antes hicieron escalas para preparar el camino de regreso, ¿no? Avanzan hasta aquí, dejan un poco de avituallamiento y vuelven; avanzan, recogen un poco aquí, hasta aquí y dejan otro poco de avituallamiento, ¿no?
¿Qué avituallamiento podemos tener ahora que muchas ayudas están terminando?
Por ejemplo, el TMT (Telescopio de Treinta Metros), una inversión potente que generará empleo si se concreta: 1.200 millones de euros en la obra civil, además de todo el prestigio e investigación que genera.
Geotermia. Hemos invertido 48 millones públicos y 48 millones privados, un total de 96 millones de euros solo para las perforaciones, con un porcentaje de éxito del 60 %, lo que significa que aproximadamente 3 de los 6 proyectos deberían tener éxito.
Luego está el dinero para construir las centrales geotérmicas, que es una inversión mucho mayor y será privada, destinada a quien tenga la concesión. Además, se puede montar un balneario al lado, que también genera ingresos.
Se van generando caminos, algunos más pequeños, como el Patrimonio de la Humanidad, que no mueve tanto dinero, pero es una inversión destinada, en este caso, al turismo.
Una serie de líneas, que no es solo recuperar lo que teníamos antes, sino crear, aprovechar un poco la ventana de La Palma.
Hay que ir dejando varias iniciativas para que luego sea iniciativa privada: el adjudicatario del túnel entre El Remo y La Zamora, los hoteles si se monta algo nuevo, la obra pública para quien la adjudique el consorcio del TMT, y la central que construyan quienes tengan geotermia comercializable.
Le estás dando camino a la iniciativa privada, porque no podemos ser una economía tan dependiente de lo público, tanto por ayudas en agricultura, a empleados públicos, etcétera, tienes que generar iniciativas privadas.
No podemos ser una economía tan dependiente de lo público, tanto por ayudas en agricultura, a empleados públicos, etcétera, tienes que generar iniciativas privadas.
P. Esas acciones y retos que se plantean son también fruto de la colaboración institucional, porque en La Palma, quizás más allá de los discursos públicos, las administraciones han colaborado. Y si la reconstrucción ha sido un éxito, ha sido un éxito de todas, ¿no?
R. Lo que hay que entender es que antes había un ejecutivo único, pero ahora está fraccionado en nacional, autonómico, insular y local, sin mencionar el europeo, que en el proceso ha tenido mucho menos peso.
Tienes que poner de acuerdo, principalmente., a tres partes: Cabildo, Gobierno autonómico y Gobierno de España y eso se consigue llevándose bien las administraciones. Ese es el camino que espera el ciudadano: que haya coordinación porque los procesos son escalonados. A lo mejor el Estado da un convenio, otras administraciones tienen que desarrollarlo, luego tienes que revisarlo.
P. ¿Has tenido la percepción de que, como comisionado, te ha tocado coordinar, poner de acuerdo y aunar voluntades más allá del debate partidista?
R. Como comisionado tienes una misión de reconstrucción de La Palma, entendiendo que el volcán tiene unas consecuencias económicas que afectan a toda la isla, obviamente más en el Valle que en el resto.
Tienes que asumir ese papel de ayuda, para que sea el Estado quien se encargue, y dispones de ese poder, en el sentido de coordinar. Un Estado autonómico solo funciona si hay coordinación constante: día sí, día no, hablando con tus homólogos —principalmente el insular—, ya que ahora el peso de la reconstrucción recae, de hecho, en el PEINPAL. Eso es un buen indicador, porque tú ya vas pasando el testigo y las cuestiones son más bien municipales, como permisos o autorizaciones.
P. ¿Y cuándo crees que podremos dar por finalizada la recuperación o la reconstrucción? Evidentemente, no hay una fecha concreta, pero ¿a partir de qué indicadores podría considerarse?
R. Depende del colectivo. Por ejemplo, las zonas afectadas por gases ya lo tienen muy avanzado; aunque aún quedan actuaciones en la zona negra de Puerto Naos. En el sector empresarial e industrial también se ha avanzado: están funcionando, han recibido ayudas, y ahora apenas quedan, salvo algunos ERTE muy puntuales. En agricultura, lo esencial es garantizar que todos tengan un recurso económico que les permita decidir si reconstruyen o no. En cuanto a la vivienda, especialmente la primera vivienda, prácticamente ya está abonada, aunque sigue existiendo un periodo de transición. Porque, aunque hayas recibido la indemnización correspondiente al valor real, puede que necesites un tiempo mientras construyes tu nueva casa o encuentras una para comprar.
P. Pero es cierto que los indicadores van dando la idea de que el proceso está llegando a su fin, ¿no?
R. Se va recuperando, el problema de las medias es que depende dónde te encuentras, si estás debajo de la media, ¡vaya a recuperación! En global, claro, porque los datos son objetivos, estamos mejor, ya no antes que el volcán, sino de 2019, que es el referente que tenemos que usar para excluir el COVID.
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