Esta frase, escuchada el pasado mes de enero en Santiago de Chile, ha merodeado por mí consciente/subconsciente todo este tiempo. Los festivales de esta índole sufren el peso de un necesario tiempo, que en ocasiones no se les otorga, para tener la oportunidad de nacer, crecer y madurar, sobre todo esto último: En muchas ocasiones pasan del nacimiento a la muerte súbita sin haber tenido la oportunidad de desarrollarse dignamente.
10 de octubre de 2024