«Los festivales de artes escénicas son espacios de excepción poética»

«Los festivales de artes escénicas son espacios de excepción poética»

Representación de «Miedo come todo…sueños al vuelo» de Flores Teatro Danza, México, que estará en Santa Cruz de La Palma, en el ciclo Una Ciudad en Danza el próximo 19 de abril. Ayuntamiento de Gijón.

Esta frase, escuchada el pasado mes de enero en Santiago de Chile, ha merodeado por mí consciente/subconsciente todo este tiempo.

Los festivales de esta índole sufren el peso de un necesario tiempo, que en ocasiones no se les otorga, para tener la oportunidad de nacer, crecer y madurar, sobre todo esto último: En muchas ocasiones pasan del nacimiento a la muerte súbita sin haber tenido la oportunidad de desarrollarse dignamente. En otras, el entramado es inestable, la idea poco desarrollada, la ambición excesiva, el equilibrio inexistente.

Pero aquellos que persisten y consiguen ese hueco anhelado en la programación estable de cualquier lugar, se convierten en verdaderos oasis, raras avis con un público asiduo y fiel que comparte con devoción ese sentimiento poético de la excepcionalidad.

Febrero es el mes en el que comienza la temporada de Festivales en España, y el que da el pistoletazo de salida es siempre FETEN, la Feria de Teatro Infantil y Juvenil de Gijón, el más importante de estas características de España y, posiblemente, de Europa. Llevaba tres años sin acudir, y lo encontré tan necesario e interesante como siempre: un escaparate hacia nuevas tendencias (la consolidación del teatro documental), temáticas de candente actualidad (la infancia refugiada y malherida en tierra de nadie), o lenguajes comunes.

La infancia y la adolescencia deben ser eje central de la excepcionalidad, de la magia que envuelve el hecho de entrar en un teatro o un espacio no convencional, quizás por primera vez. Escuchas en ocasiones la frase «no es una obra muy original». ¿Perdón? ¿Original? ¿Qué le importa la originalidad a un niño o a una niña cuya experiencia como parte de la audiencia es corta? Lo importante es que sienta cómo la pieza, sea de teatro, danza o mixta, le atraviesa y le transforma. Ese hecho definitivamente poético no tiene nada que ver con la originalidad, sino con el compromiso creativo, con tener claro desde el escenario que quienes observan son seres únicos, impresionables y con auténtico criterio.

Pero con la misma asiduidad escucho la frase «demasiado arriesgado». ¿Por qué? ¿Porque a veces nuestro mundo de personas adultas se anquilosa y tememos que la infancia sea incapaz de entender lo ya inentendible para nuestra edad? Son sabias personas en crecimiento. Ellas decidirán, así que no las condicionemos ni pensemos por ellas. Que sean libres para decidir por sí mismas qué les gusta y qué no.

Acompañar a mis hijos en ese proceso es una de las más bellas experiencias que he tenido como madre: sus rostros observando, sus comentarios y el nacimiento de un criterio propio, no siempre afín al mío, me han hecho crecer también a mí.

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