Como sucede cada cuatro años, el Salón de Plenos del Cabildo Insular se quedó pequeño para el pleno que, con diferencia, concita más público durante todo el mandato. Eso siempre y cuando no se debata una moción de censura, donde lo vivido en esta sesión extraordinaria vuelve a repetirse, aunque generalmente con mucha más tensión que esta mañana, donde una mayoría absoluta da la tranquilidad necesaria, a priori, para afrontar con tranquilidad los próximos cuatro años.

Las poco más de 50 sillas que se habilitan siempre son pocas y la novedad, en esta ocasión, estuvo en la pantalla gigante y las sillas que se colocaron en la parte trasera del edificio del Cabildo. Como suele suceder en tantas ocasiones en La Palma, donde muchas veces, ni se confirma, ni se desmiente, se comenta que para ser ocupadas por vecinos y vecinas procedentes de una guagua fletada desde El Paso.

“Pido a la dulce Patrona de Nuestra Señora de Las Nieves que, como hasta hoy, inspire nuestras decisiones y cuide y proteja a La Palma y a los palmeros”. Así finalizó el nuevo presidente su discurso en un acto que ni el párroco del municipio de El Paso, ni el crucifijo que preside la toma de posesión de los nuevos consejeros y consejeras se quisieron perder. Cosas de nuestro estado aconfesional.

Al final, en un acto más solemne e institucional que político, las intervenciones del portavoz del PSOE, Borja Perdomo y del nuevo presidente, Sergio Rodríguez, animaron al público presente. Una vez más las referencias a la gestión del post-volcán encendieron los ánimos y a muchos no les pasó inadvertida la mirada y el tono que Rodríguez empleó cuando tras enumerar una serie de infraestructuras que consideraba necesario desarrollar citaba a la LP-2. “Sí, la LP-2” mirando al portavoz socialista.

Como en todo fin de fiesta, y este acto tiene mucho de esto, besos, abrazos y fotos para la posteridad al terminar. A partir de mañana comienza un mandato que solo el transcurrir de los meses y las decisiones tomadas permitirá valorar.