Decenas de vecinos de Puerto Naos y La Bombilla han ido regresando a sus domicilios en los últimos meses, a pesar de que estos núcleos costeros, según recoge el Decreto de Presidencia del Cabildo vigente, actualizado el pasado 18 de septiembre, se encuentran dentro de la “zona de exclusión” delimitada por la dirección del Plan Territorial Insular de Emergencias de Protección Civil de la isla de la Palma (PEINPAL).

Fuentes consultadas de la institución insular señalan que tiene conocimiento de esta situación, aunque no del número de personas exactas que actualmente residen, e inciden en que en varias ocasiones se les ha instado a seguir las recomendaciones de los expertos, ya que desde el Cabildo trabajan en su regreso de forma segura con la instalación de medidores de gases.

La semana pasada se hizo viral, a través de redes sociales, un video donde vecinos de La Bombilla rellenaban un socavón en la pista de acceso a la entrada norte de este barrio producido por una retroexcavadora, de la que se desconoce quién la envió a trabajar en la zona.

A propósito de este hecho, Francisco Rodríguez Pulido, profesor jubilado de enseñanza secundaria y licenciado en Química y Pedagogía y miembro del PEINPAL desde el mes de septiembre señalaba este lunes en TV La Palma la necesidad de “no dar la espalda a esta realidad”, la de que “hay gente viviendo en La Bombilla y Puerto Naos”.

UNA CASA-CUEVA EN LA BOMBILLA ALCANZA NIVELES DE 20.000 PPM.

En la propuesta que ha presentado junto a Aldo González Brito, profesor titular de Fisiología de la Universidad de La Laguna, para la reapertura controlada de las zonas aún evacuadas por el dióxido de carbono (CO2), que adelantó el digital El Valle, se recoge entre sus medidas “realizar un examen clínico de pH y bicarbonato en sangre a las personas que están viviendo en Puerto Naos y La Bombilla, y que ya pueden ser un centenar, lo que podría ser esclarecedor para conocer si tienen niveles altos de CO2 en sangre”.

Rodríguez Pulido indicó en la mencionada televisión local como en La Bombilla “hay un señor extranjero que vive en una casa-cueva y tiene niveles de 20.000 ppm.” recogidos en la zona del dormitorio, algo de lo que son conscientes los expertos.

“Los vecinos tienen que contar como colaboradores para solucionar el problema y cuando van a medir ahí y se encuentran con los vecinos, los ignoran, e incluso a este que soporta 20.000 ppm. y no le dicen nada”, indica y añade que “a veces tengo la impresión de que quieren que pase algo para usarlo de chivo expiatorio”.