Desde este jueves, 25 de mayo, la nueva carretera de La Costa que conecta Tazacorte con Puerto Naos se encuentra en funcionamiento, permitiendo en un tramo de 3,9 km. conectar las carreteras LP-215 y LP-213, y, al igual que sucede con la vía entre La Laguna y Las Norias, posibilitar la conexión norte-sur en la vertiente occidental de la isla, interrumpida por la erupción volcánica.
La obra, financiada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, ha tenido uno coste de 38 millones de euros, según informa la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias en una nota de prensa.
Construida en un tiempo récord para los plazos en los que se suelen ejecutar este tipo de infraestructuras en la isla, ya que los trabajos previos comenzaron en el mes de abril del año pasado, la obra ha tenido una gran contestación social en el municipio de Tazacorte, constituyéndose una Plataforma de Afectados que recogió 35.000 firmas en contra de que la nueva vía destruyera casas y fincas agrícolas que la colada no había arrasado.
La importante presión social realizada por la Plataforma de Afectados posibilitó que los gobiernos de Canarias y de España no siguieran adelante con el segundo tramo de esta nueva vía, cuyo proyecto de trazado afectaría de lleno a los barrios de Marina, Las Cabezadas y San Borondón y supondría, para los vecinos organizados en la plataforma, «la destrucción de su modo de vida con una vía rápida de gran tamaño, que además arrasaría las plataneras de más de una veintena de familias pequeñas propietarias que han tenido en este cultivo su sustento desde hace generaciones.»
Tras el anuncio de la no continuación de las obras más allá del primer tramo que ayer entró en funcionamiento, solo el presidente del Cabildo de La Palma, el popular Mariano Hernández, se manifestó claramente en contra de su paralización, denunciando la «ineficacia» del ejecutivo autonómico y lamentando que la isla tuviera “una obra a medias más».
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