Imagen de la roca frenada por las “pantallas dinámicas”. FACEBOOK BORJA PERDOMO

Las mallas instaladas durante el mando anterior por el Cabildo de La Palma en determinados puntos de la carretera que da acceso al barrio de Gallegos, en Barlovento, evitaron en la mañana de este miércoles, 21 de agosto, que el desprendimiento desde la ladera de una roca de grandes dimensiones provocase daños en la vía.

En declaraciones recogidas en las redes sociales de la corporación insular, el consejero de Infraestructuras, Darwin Rodríguez, señaló que estas mallas “han cumplido su cometido”, ya que como explicó, “han recepcionada la roca de un metro por un metro y 2 metros de diámetro”, actuando como “medida de defensa, de conservación de la vía”.

El responsable del Área de Infraestructuras indicó que desde su departamento han contactado con el proveedor de estas mallas, también conocidas como “pantallas dinámicas”, para conocer cómo ha afectado al conjunto de esta estructura metálica, localizándose “el desperfecto” en solo una de las mismas, procediéndose desde el Cabildo a “la limpieza de este tramo y en la restitución del mismo”.

Darwin Rodríguez aprovechó también para responder a una publicación en redes del portavoz del PSOE en el Cabildo, Borja Perdomo, quien afirmaba que “sigue sin proceder al mantenimiento del sistema de seguridad de la carretera de Gallegos” y añadía: “si no se retiran las piedras y no se lleva a cabo un trabajo periódico de mantenimiento, corre el riesgo de deteriorarse”.

Rodríguez considera que la malla “se ha deformado por soportar una energética cinética, una presión elevada, pero hasta los 1.500 kilojulios de presión resiste un tramo de estas pantallas”, por lo que considera que lo sucedido “no tiene que ver con el mantenimiento” de la vía.

En septiembre de 2021, el Cabildo de La Palma, con Borja Perdomo, del PSOE, como consejero de Infraestructuras, reabrió al tráfico la carretera tras meses de trabajo y una inversión de más de cinco millones de euros en la que se instalaron 32.000 metros de vallas “para estabilizar el talud y evitar la caída de piedras sobre la vía” en un tramo de 2,3 kilómetros.