Desaparecidas

Desaparecidas

Viviendas modulares instaladas en Los Llanos de Aridane.

Hace unos días, un buen amigo, me invitó a que escribiera un artículo de opinión porque creía que reunía los requisitos para que se supiera mi opinión sobre lo que estaba aconteciendo sobre la reconstrucción del Valle de Aridane.

Al principio, le dije que ya no estaba por estas lides, que lo mío era dedicarme a mi profesión y a mi empresa en cuerpo y alma, mi familia y al cultivo del aguacate, pero él insistió y ahí quedo la conversación. Van pasando los días y me rondaba en la cabeza esta idea y me puse a escribir estas líneas.

Lo primero que me llama la atención es el papel que han jugado las asociaciones de afectados en esta crisis: Mi opinión es de decepción, porque han desaparecido desde que se han celebrado las elecciones. Ni una convocatoria, ni un anuncio, ni una reivindicación.

Es triste pensar que al final tengan razón aquellos que manifestaron la idea de que estaban influenciadas políticamente y todo por la inacción de las propias plataformas y/o asociaciones de afectados, de cualquier inclinación. Y es triste pensar que una vez resueltos los comicios electorales ya se han evaporado los problemas de vivienda de muchos de nuestros vecinos, los cuales siguen viviendo en contenedores y otros tantos siguen en alquiler o en situaciones “poco” dignas. Cuando me despedí de la política indiqué que éste debería de ser el objetivo número uno y me temo que este objetivo no se conseguirá en esta legislatura. Ojalá me equivoque.

Parece que se han evaporado los problemas de nuestra agricultura sepultada por la lava del volcán, nuestra principal fuente de ingresos. A día de hoy, cientos de fincas siguen sin saber qué futuro les deparara. Me temo que solo se salvarán aquellos que tengan la suficiente capacidad económica para hacerlo, poniendo en jaque la pata social que tantos logros ha conseguido en la distribución de rentas y que se ha visto agravada con la crisis que vivimos de comercialización, por excesos de producción, en el cultivo del plátano.

Por otra parte, nada se sabe del pago del precio real a los afectados, tercer objetivo irrenunciable y promesa electoral. Parece que se han evaporado los problemas en las infraestructuras, donde siempre he mostrado mi desaprobación en la forma en la que se han diseñado y ejecutado estas. Si creo en su necesidad, pero estoy totalmente en desacuerdo en la forma, afectando a muchos propietarios. Siempre he puesto de ejemplo a nuestra vecina isla de Lanzarote, donde no renuncian a las mismas, pero con un cariño inmenso en su diseño y ejecución. Creo que hemos perdido una gran oportunidad en este aspecto. Ahora, después de lo hecho, se habla de protección de parte de la colada. Ya veremos su alcance.

Por último, parece que se han evaporado los problemas sobre la recuperación de los afectados de sus propiedades, avocando a estos a sufragar todos los gastos de urbanización de sus parcelas. Solo los que tengan capacidad económica podrán hacerlo. El resto esperará a ver si les pagan el precio real prometido de sus propiedades.

Hemos perdido la oportunidad de gestionar enormes bolsas de suelo urbanizable convirtiéndolas en ciudades jardín, sostenibles, acordes con el respeto medio ambiental que se exige hoy y modernas. Zonas con capacidad para ofrecer vivienda a nuestros vecinos, creando núcleos urbanos potentes y vivibles y alejándonos del poblamiento disperso que tan graves problemas y sufrimiento nos ha ocasionado, en el pasado y presente. Mientras tanto los plataformas y asociaciones, desaparecidas….

En fin, decepción, es la palabra que podría definir la reconstrucción desde mi punto de vista después de dos años perdidos, creo que no hay plan, ha faltado gestión y cobardía en la toma de decisiones…Pero eso es harina de otro costal.

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