Azucuahe del Rosario: «Hay una muy escasa demanda de participación ciudadana en la isla»

Azucuahe del Rosario: «Hay una muy escasa demanda de participación ciudadana en la isla»

Azucuahe del Rosario Martín es una de las personas que mejor conocen la participación ciudadana en La Palma. Con casi 30 años de experiencia en toda Canarias con la empresa Área Rural, centrada en la Educación Ambiental, ha trabajado en los últimos años para diversas administraciones de la isla en distintos procesos de participación ciudadana, desde presupuestos participativos municipales en Los Llanos de Aridane y El Paso, al proyecto Revivir El Valle o en el Plan Estratégico de Participación Ciudadana del Cabildo Insular.

Preguntado por el hecho de que solo tres instituciones han desarrollado presupuestos participativos en la isla afirma “que son pocas, menos es nada, porque en realidad son muy pocas las administraciones que tienen en consideración a la participación ciudadana como algo más que “un área que hay que tener”.

En este sentido considera que “son muy contados los municipios, al menos los que yo he ido conociendo, que muestren un verdadero interés en promover la participación ciudadana, más allá de dar unas subvenciones. Me refiero a entender el concepto de gobierno abierto y, desde ahí, el valor de la participación ciudadana”.

“Los procesos de presupuestos participativos, además, requieren de un mínimo de “cultura participativa”, o movimiento, si queremos llamarlo así. Es preciso que haya un cierto interés en la población, un mínimo de entidades ciudadanas algo activas… Y, sobre todo, requiere de una voluntad política seria -o más o menos seria-, que apueste por activar un proceso como este, que precisa también de cierto manejo técnico dentro de la administración, porque hay que involucrar a técnicos municipales también”, añade.

LA PARTICIPACIÓN VA MÁS ALLÁ DE QUERER “RESOLVER LO MÍO”.

Cuestionado sobre si hay demanda de participación o conformismo en la isla piensa que “hay una muy escasa demanda de participación ciudadana en la isla”. Algo que sería el resultado de lo que entienden por participación lo que define como “los cuatro sectores” o “patas de la mesa de la comunidad”, es decir, los responsables políticos, los técnicos, la ciudadanía organizada y la que no lo está.

Por un lado, “los responsables políticos tienen muy poco bagaje y nociones de lo que realmente significa” la participación. Por el otro, entre “los técnicos de las administraciones, que son también un elemento importante, hay más escaso interés y hasta cierta “inquina” hacia la posibilidad de que exista una administración pública más abierta y participativa”, ya que en su opinión “se entiende como que da más trabajo”.

Respecto a la ciudadanía, “la organizada” en entidades sociales, defiende que “son las que tienen un poco más de interés y cierta cultura de la participación, aunque es escasa y tiene algunas reminiscencias de una visión más vertical de la participación y bastante dificultad para encontrar un relevo generacional que actualice las maneras de hacer”.

Por su parte, “la ciudadanía no organizada” para Azucuahe del Rosario “está muy cómoda viviendo la dulce ilusión del Estado del Bienestar, con todos sus “somníferos” (tele, futbol, fiesta…) y lo de “formar parte de…, ser parte de…” se queda para lo que no cuestione mucho la zona de confort”.

Finalmente, apunta como “con el volcán se dio la paradoja de que más de 2.000 personas salieron a la calle a pedir, entre otras cosas, mayor participación en la gestión”, pero “esa petición se daba sin entender, por ninguna de las partes, que la participación requiere de intención, compromiso, voluntad… y sobre todo una visión de comunidad que va más allá de querer “resolver lo mío”. En ese sentido, considera que “por eso se quedó a medias en esta ocasión” la participación en el proceso de reconstrucción tras la erupción volcánica de 2021.

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