Carlos Soler: “Fuencaliente no tiene un problema de agua, lo que tiene es un problema de pérdidas”

Carlos Soler: “Fuencaliente no tiene un problema de agua, lo que tiene es un problema de pérdidas”

Carlos Soler, a la izquierda, y Pedro Monzón, a la derecha, en una rueda de prensa de Agua para La Palma. Agua para La Palma.

La Asociación Agua para La Palma organizó el pasado viernes, 19 de abril, un debate público sobre alternativas a la instalación de una planta desaladora en la costa de Fuencaliente en la que participó el ingeniero Carlos Soler, quien defendió que el municipio “no tiene un problema de agua” sino “un problema de pérdidas”.

Soler recordó cómo la primera vez que aparece la construcción de una infraestructura de este tipo en Fuencaliente es en el Plan Hidrológico de La Palma de 2019, donde “figura una desaladora con una capacidad para 20.000 metros cúbicos, con un presupuesto de 18,5 millones de euros”.

Pero es a partir de este año, indicó el ingeniero, cuando “presidente del Cabildo, viceconsejero de Aguas del Gobierno de Canarias, consejero de Aguas del Cabildo y el gerente (del Consejo Insular de Aguas) abogan ya sin ningún tapujo por una desaladora de agua en Fuencaliente como solución para todos los problemas hídricos de la isla”.

RECHAZO A LA DESALACIÓN COMO “MÉTODO COMPETITIVO CON EL AGUA SUBTERRÁNEA

“Fuencaliente no tiene un problema de agua. Fuencaliente lo que tiene es un problema de pérdidas”, afirmó Carlos Soler, quien insistió en la idea de que hay agua “de sobra” en Breña Alta, a través del Túnel de Trasvase, “para abastecerse” y calificó de “absurdo” colocar una planta desaladora en el sur de la isla para “enviar el agua hacia arriba”.

Respecto al proyecto encargado por el Ayuntamiento de Fuencaliente, con el que se pretenden obtener 4.000 metros cúbicos por día de agua desalada en “un primer módulo” que con posterioridad “pretenden ampliarlo a 12.000”, Soler señaló que “está lleno de errores”.

Este ingeniero rechaza que la desalación sea “un método competitivo con el agua subterránea”, tal y como se afirma en el mencionado estudio, ya que en su opinión no lo es “desde el punto de vista económico, del precio, del de hacer depender el agua del petróleo”. Además, incidió en “la contaminación por verter salmuera”, ya que “por cada litro de agua desalada hay otro litro de salmuera”.

LA PLANTA DESALADORA SUPODRÁ “CONTAMINAR EL ACUÍFERO COSTERO Y DESPUÉS EL MAR”

En este aspecto insistió cuando expuso que “para no verter la salmuera al litoral hacen un agujero en la costa, atraviesan el acuífero y toman el agua dentro y vierten dentro, por lo cual la obra, dicen ellos, no va a contaminar el mar”, lo que para Soler supondrá “contaminar el acuífero costero y después el mar”, ya que según explicó, “el acuífero costero descarga el agua al mar, luego toda la salmuera que le estén echando la van a descargar”.

Carlos Soler finalizó su intervención defendiendo que “hay soluciones para tener agua barata, de excelente calidad y repartida por gravedad, no hay que ir a una desaladora en esta isla, ni mucho menos en Fuencaliente”.

Entre ellas defendió reducir las pérdidas de agua en el canal Barlovento-Fuencaliente con la colocación de una tubería que iría dentro del canal, “poner más agua” no cerrando, como denuncia se ha hecho “durante 20 meses” la boca de Aduares del Túnel de Trasvase y, en el caso de que hiciera falta más agua, “perforar un poco más adelante” el citado túnel al que “le quedan cuatro kilómetros y medio de acuífero que está sin explotar porque a ellos no les interesa poner agua para la agricultura, de buena calidad, barata y distribuida por gravedad”.

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