El Cabildo de La Palma, institución responsable de la gestión de la emergencia volcánica desde febrero de 2022, anunciaba la semana pasada cambios en la estructura organizativa y operativa del Plan Territorial Insular de Emergencias de Protección Civil de la isla de La Palma (PEINPAL).

El presidente del Cabildo, Sergio Rodríguez, señalaba en declaraciones recogidas en una nota de prensa, que el Plan “no estaba cumpliendo con lo que necesitábamos de él debido a su estructura hermética” y anunciaba su intención de implicar a la ciudadanía y a las entidades afectadas por la emergencia “que hasta ahora no formaban parte del PEINPAL, pero a las que debemos escuchar y atender para tomar las mejores decisiones”.

Estos cambios han supuesto la incorporación de “un grupo de expertos para valorar las distintas situaciones que ha traído consigo la erupción volcánica de 2021”, entre los que estará Francisco Rodríguez Pulido, profesor jubilado de enseñanza secundaria y licenciado en Química y Pedagogía.

UNA DE LAS VOCES MÁS CRÍTICAS CON LA GESTIÓN DE LOS GASES EN EL LITORAL

Rodríguez Pulido ha sido durante los últimos años una de las voces más críticas con la gestión por parte del Cabildo y de las instituciones científicas (IGN e INVOLCAN) de Puerto Naos y La Bombilla, zonas de exclusión por altas concentraciones de dióxido de carbono.

Sus artículos de opinión y sus intervenciones en los medios de comunicación han tenido gran difusión y aceptación, sobre todo, en parte de vecinos y propietarios de ambos núcleos costeros que llevan casi dos años sin poder regresar a sus casas y desarrollar su actividad económica.

Unos posicionamientos que han sido cuestionados por los organismos encargados de la medición de gases, especialmente por el INVOLCAN, quien en una respuesta al informe Volver a vivir en Puerto Naos y La Bombilla, redactado por el propio Rodríguez Pulido, señalaban que contribuía a “desinformar y confundir a la ciudadanía proporcionando informaciones científicamente incorrectas” y cuestionaban que “ni es experto en gases volcánicos, ni tampoco en el impacto de estos sobre la salud y cuya disertación en dicho informe se encuentra muy alejada de la aplicación del método científico”.

En uno de sus últimos artículos, Francisco Rodríguez Pulido se interrogaba sobre si no habría “ninguna posibilidad de volver a vivir, de ir a la playa, de pasear por la avenida” y afirmaba que “personalmente, con mis modestas mediciones, que he hecho con un detector portátil de rango 0-50.000 ppm y lo que he podido investigar, pienso que sí”. Concluía que “es posible volver y en eso es en lo que deberían estar puesto todos los focos”.