La Palma 2050

Leía hace unos días el excelente trabajo de Juan José Rodríguez Rodríguez, titulado El volcán de La Palma: más allá de la emergencia. La necesidad de un trabajo prospectivo, publicado en el libro colectivo sobre prospectiva que ha dirigido la profesora Zulima Sánchez (2022). Se trata de un trabajo muy recomendable que merece ser divulgado. Pero ¿qué es la prospectiva? Aunque los usos terminológicos y los planos discursivos son variados, puede sostenerse que la prospectiva o prospectiva estratégica es un ámbito de conocimiento aplicado, de carácter interdisciplinar, que estudia los futuros posibles con la finalidad estratégica de orientar el rumbo de sociedades, territorios u organizaciones.

La prospectiva estratégica es una herramienta especialmente útil para La Palma en el contexto de la última erupción volcánica. Las Administraciones públicas vienen haciendo frente a la emergencia social y económica en la isla bonita con medidas reparadoras de diversa índole. Aunque puede detectarse alguna medida con enfoque largoplacista ―por ejemplo, en el Plan de Recuperación impulsado por el Cabildo de La Palma―, las medidas y políticas públicas adoptadas priorizan la atención a las necesidades más perentorias.

Sin embargo, como bien expone Rodríguez con admirable capacidad de síntesis, La Palma arrastra problemas económicos estructurales que requieren de políticas públicas con un horizonte temporal más ambicioso. En este sentido, el campo de la prospectiva estratégica proporciona herramientas de gestión pública idóneas para institucionalizar los enfoques largoplacistas. La gobernanza anticipatoria, los diálogos de consenso y las instituciones relacionadas con la justicia intergeneracional, estrechamente ligadas al paradigma de la prospectiva estratégica, permitirían a los poderes públicos diseñar actuaciones de largo plazo que orientasen el desarrollo territorial y económico de La Palma de una manera sostenible y participativa. Bien harían los responsables públicos y el tejido social de La Palma en analizar con detenimiento las aportaciones metodológicas del doctor Rodríguez, que actualmente ejerce como jefe de servicio de Defensa Jurídica del Cabildo Insular de La Palma.

Aunque las herramientas prospectivas se generalizaron tras la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos y Europa, en los últimos años parece que experimentan un cierto auge. En España, el presidente Sánchez creó en esta legislatura la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, que elaboró en 2021 el informe España 2050: Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo. Lamentablemente, numerosos medios de comunicación intentaron ridiculizar un trabajo muy recomendable para debatir sobre lo que tantas veces se exige en la esfera pública: mirar con rigor analítico y voluntad propositiva más allá del ciclo electoral.

Ahora bien, siendo útil el pensamiento prospectivo, es necesario tener en cuenta que los enfoques de largo plazo no están exentos del pluralismo político. La prospectiva estratégica no contempla escenarios de futuro ajenos a los intereses, que son contradictorios en sociedades complejas. Los diálogos de consenso deben considerarse herramientas metodológicas para captar información y percepciones sociales, pero no pueden utilizarse para encubrir los conflictos inherentes a la dinámica económica. Porque el pensamiento largoplacista nunca es un pensamiento único.

Miguel Á. Andrés Llamas es investigador en Derecho administrativo en la Universidad de Salamanca.

Leave a reply