Una corporación con mucha “ilusión”, “incertidumbre” e incluso “temor”

Una corporación con mucha “ilusión”, “incertidumbre” e incluso “temor”

El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane concederá los títulos de “concejales honorarios” a los miembros de la primera corporación (1979-1983) elegida en unas elecciones tras más de 40 años de dictadura franquista, según se acordó por unanimidad de todos los grupos políticos en el último pleno ordinario del municipio, tras presentar el actual alcalde, Javier Llamas, de CC, la propuesta.

Llamas destacó “la auténtica y verdadera vocación de servicio público” de estos 17 hombres y mujeres que “relegaron muchas veces las obligaciones profesionales y familiares sin cobrar por ello” y que, a su juicio, “sentaron bases del ayuntamiento que hoy todos conocemos”, por lo que “debemos reconocerlo” para que “su esfuerzo no quede en el olvido”.

La portavoz del PSOE, Alicia Vanoostende, resaltó la labor de personas “que tuvieron una responsabilidad en un momento muy difícil, de cambio, con muchas incertidumbres” e hizo “una especial mención a las tres mujeres que estaban” en ese primer pleno municipal y también un recordatorio “al último alcalde antes de la dictadura”, Francisco Rodríguez Betancor, quien “fue desaparecido después del golpe de Estado con otras personas en la Caldera de Taburiente” y posteriormente asesinado en el pinar de Fuencaliente.

Por su parte, Víctor González, primer teniente de Alcalde y portavoz del PP, señaló como en “esa primera legislatura se sentaron las bases de lo que, en gran medida, somos hoy como ciudad e institución” y expresó que “hoy en día, quienes ostentamos cargos públicos debemos de mirar lo que en aquellos momentos fueron capaces de hacer, construir y sacar adelante”, teniéndolos como “ejemplo de trabajo, unidad y sobre todo lealtad a esta localidad y sus habitantes”.

Pablo Domínguez González, ex concejal del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane durante su intervención. AYUNTAMIENTO DE LOS LLANOS DE ARIDANE

El momento más emotivo del pleno fue cuando tomó la palabra Pablo Domínguez González, concejal de la Unión de Centro Democrático (UCD) en ese mandato, quien hizo referencia a distintos momentos de aquellos años, marcados por una “ilusión especial” tras salir de la dictadura, como recalcó.

Domínguez recordó como “asumimos la tarea de dirigir el Gobierno del municipio como novatos” e indicó que era “muy gratificante que después de 45 años” una corporación cuyos miembros eran “niños y niñas que seguramente nosotros, en aquel entonces, veíamos corretear por la plaza o que estaban yendo al parvulario o en EGB, como mucho” reconociesen a sus predecesores.

Junto con la ilusión, Pablo Domínguez insistió en que la labor de aquellos concejales y concejales estuvo marcada por la “incertidumbre” e, incluso, por el “temor”, ya que “las noticias de lo que se llamaba ruido de sables terminaron con un golpe de Estado” que “afortunadamente no llegó a mayores”.

Tuvo también un recuerdo especial para aquellos que fueron concejales y que “ya nos han dejado”, reconociendo como “ninguno dejó de trabajar por el municipio, asistir a comisiones, estudiar los asuntos, dejar muchas veces las cosas propias por las del ayuntamiento, perdiendo dinero, porque no había compensación ni por asistencia pleno, ni por asistencia a comisiones”.

Domínguez ejemplificó este homenaje en la figura del ex alcalde Carlos Francisco Lorenzo Navarro “una persona sencilla”, en sus palabras, y que “siguió siendo una persona sencilla una vez que fue alcalde y cuando repitió como alcalde en sucesivas legislaturas”.

“EMPEZAMOS SIENDO AMIGOS TODOS, PORQUE NOS CONOCÍAMOS, PERO TERMINAMOS SIENDO MÁS AMIGOS LOS DE LA OPOSICIÓN, LOS DEL GOBIERNO”

“Atendía a todo el mundo que venía aquí, se preocupaba por las cuestiones de la gente que le planteaban que no tenían que ver nada con la Alcaldía. Porque él tenía que decirles, ‘eso tiene que ir al juzgado’, porque le presentaban problemas hasta de litigio de linderos”, comentó.

Para este concejal de la primera legislatura, Carlos Francisco “tenía una habilidad especial para para tratar a los funcionarios, a la oposición, a sus propios compañeros, de tal manera que se producía un ambiente cordial”. Además, enfatizó que “tenía una cualidad, sin la cual no vale ninguna”, como era “la honradez”.

Por otra parte, comentó que “por muchas discrepancias que hubo, nunca hubo un insulto personal”. Y es que “empezamos siendo amigos todos, porque nos conocíamos, pero terminamos siendo más amigos los de la oposición, los del gobierno”, dijo y recordó a miembros de otros partidos, “amigos entrañables del Partido Socialista, como Gilberto Martín, Adalberto, Totono Martín” o también Abundio Montes de Oca, edil del Grupo de Electores Libres de Aridane.

“Encontramos mucho por hacer y las cosas que hacíamos se notaban mucho”, dijo, algo que ejemplificó en “arreglos de caminos, casi estaban por las afueras sin asfaltar, la “electrificación de calles”, la “apertura de alguna calle” o el “proyecto para hacer el cementerio de Las Manchas”. “Todo esto a la gente le gustaba, había un cambio porque se estaban haciendo cosas”, finalizó.

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